y especulador. Este es el perfil de los enemigos de Venezuela, todos con capuchas de partidos políticos pretendidamente jóvenes, financieros inescrupulosos, cúpulas religiosas conservadoras, autoridades académicas que no rinden cuentas claras, que cada vez que el CNE convoca a elecciones dejan de lado el ropaje de corderitos y muestran su feo rostro de trogloditas.
Sin caer en exageraciones la derecha cuando ha logrado arrebatar el poder ha demostrado una ferocidad y una agresividad que raya lo inaudito. Ahí está el caso español. La derecha centrista encarnada en el PSOE hizo un gobierno que no satisfizo a nadie y entre otras lindezas le negó sus reivindicaciones a los sectores más necesitados y coqueteó torpemente con el franquismo encarnado en el partido Popular y abrió camino al señor Rajoy que se ha dedicado a desmantelar los pocos recursos que el Estado español otorgaba a las organizaciones de profunda raíz social, a la educación y ahora arremete contra la cultura. Al igual que Pinochet. Como muestra va este ejemplo: “Primero te insultan diciendo que no eres relevante, que no tienes interés cultural y que tu diseño no vale nada y después te borran de los aportes”, reclamó el catedrático José Félix Tezanos director de la longeva revista Temas que al igual que otras publicaciones pertenecientes a las comunidades judías, gitanas o de carácter ideológico corren el riesgo de desaparecer por voluntad de la derecha de Aznar y del señor Rajoy.
Asi es que a la derecha hay que pararla, con acciones de calle en armonía con las políticas que lleva a delante el Presidente Maduro, denunciando la guerra económica, pero desenmascarando el golpe silencioso, a los guarimberos de siempre, a los patiquines con ínfulas de dirigentes, todos con un tufillo a fascismo, nostálgicos de banqueros deshonestos, de importadores que especulan. Sólo hay que ver los grafitis pintados en el este caraqueño que llaman a defender a los dueños de bolsas de cambios sometidos al Estado de Derecho por delinquir. Ese es el verdadero rostro de la actual oposición. Sin ética y sin razones ideológicas.