El entrépito
Héctor Agüero
Hay personajes que son una fuente inagotable de picarescas y parecen salidos directamente del Lazarillo de Tormes, ese manual de las trácalas engendradas por España a lo largo de su existencia. Por supuesto que estoy hablando del señor Felipe González, barón, mandamás del PSOE, una agrupación que no es ni socialista ni obrera que más bien debería llamarse Partido Español. A secas. El PSOE es algo asi como una réplica del Partido Popular, franquismo puro, que en las últimas legislativas perdió mucho de su nombre y como en las familias de solteronas y solterones corren el riesgo de extinguirse en las venideras elecciones.
La hoja de vida de Felipillo es edificante. Formó parte de las llamadas Comisiones Obreras donde escaló posiciones y jugó al arreglo para matar a la Falange dejándola viva y así montarse en el carro de la ”transición democrática” que ha posibilitado la sobrevivencia de los seguidores del Caudillo, de su poder y de sus obsolescencias. A estas alturas del desmadre que vive España uno no sabe si está hablando de Felipe González o de Aznar. Es difícil distinguir estos gemelos políticos que hoy son asalariados de poderosos grupos mediáticos internacionales que les pagan para que hagan lobby en las naciones latinoamericanas que apoyan el pacto de gobernabilidad que significa heredar a Rajoy y que pugnan por derrocar el gobierno legítimo del Presidente Maduro.
Felipillo cuenta entre sus andanzas el haber multiplicado la fortuna del grupo Cisneros hace ya varias décadas al permitir que compraran Galerías Preciados por 10 millones de dólares para venderla al poco tiempo por 300 millones. El guiso del año. Famosas eran las reuniones de Felipillo en La Orchila en tiempos de CAP II, siempre intercediendo por sus amigotes. Lo que sí es una paradoja es ver que la extrema derecha vernácula, de millonarios ladillaos y holgazanes, promocionarlo, y recibirlo como un héroe mientras el otro se vende como socialista mientras se entrevista con Petkoff dejando a López, a Ceballos y a María Machado y su combo como novias de pueblo. Embarcados. Quien los entiende.
